Muchos se resisten a buscar pareja por Internet por miedo a la mentira. Cierto es que muchas personas falsean información. La buena noticia es que la mentira no sólo es patrimonio de la Web y que, con un poco de atención se puede detectar a quien no está diciendo la verdad.

Estas son las mentiras más habituales en la red cuando de buscar pareja se trata:

Una foto antigua
 Es sencillo; cuando no existían las webcams, nos quedábamos con la “instantánea” que el otro decidía mostrarnos. Hoy en día, es fácil chequear si la persona real es como en la foto que exhibe. Es tan simple como pedirle que encienda la camarita. Si se molesta, algo no está queriendo mostrar.

Un falso soltero
 Se supone que nadie debería inventar un estado amoroso que no tiene para conseguir que otro le preste atención, pero ocurre. Hoy en día, mentir online no es tan sencillo ya que las posibilidades de “investigar” son muchas. Se puede acceder al historial de Facebook de una persona y hasta pedir un informe financiero que indique su real situación vincular. Una búsqueda exhaustiva en Google, prestando atención a los detalles puede devolver resultados insospechados.

Una vida “ficcionada”
 Todas las personas, en mayor o menor medida, “editamos” nuestra vida en las redes sociales. Rara vez alguien va a postear que está angustiado a su cuenta a subir una foto recién levantado y ojeroso. Aprender a leer entre líneas es una forma de descubrir la realidad detrás de la construcción que todos, voluntaria o involuntariamente creamos online. Que una persona esté sonriente en las fotos no implica, necesariamente, que su vida sea un jolgorio.

Lugares y gente “embellecida”
 Con algo de manejo de filtros en las cámaras y de photoshop, todos nos vemos más lindos, más jóvenes y más contentos. La realidad retocada es un buen anzuelo para atraer a alguien pero no sostiene un vínculo. Es simple chequear cuánto hay de maquillaje en lo que se ve online: concreta un café a la luz del día y podrás constatar cuanto de artificio y cuanto de realidad hay en quien tienes enfrente.

Y recuerda: en la web también hay que aprender a leer entre líneas.
La mentira tiene patas cortas, online y offline. Sé honest@ contigo y con los demás.
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