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Las primeras señales de embarazo Desde el día de la concepción tu sistema hormonal empieza a trabajar para que tu bebé crezca bien. Y los cambios que produce en tu cuerpo no se van a hacer esperar. Las primeras señales de embarazo se pueden notar incluso antes de la fecha en que esperas el período. Sin embargo, lo más probable es que las confundas con las molestias premenstruales, porque la mayoría coinciden muchísimo.

Que notes uno, cuatro o ningún síntoma va a depender de tu nivel hormonal. Por ejemplo, en embarazos gemelares, en los que el nivel es más alto, los vas a tener multiplicados por dos o tres. También es más probable que los notes si ésta es tu primera gestación. El motivo, según la doctora María Goya Canino, médico adjunto de la Unidad de Alto Riesgo Obstétrico del Hospital Vall d’Hebrón de Barcelona, no está claro. 

“Puede deberse a que el nivel hormonal en el primer embarazo sea más alto o a que en el segundo se toleren mejor y que, al no ser nuevos, pasen más inadvertidos”, explica la doctora. Sangrado y dolor pélvico. Uno de los síntomas más tempranos es el sangrado de implantación. Es un manchado que puede ocurrir a la semana de la fecundación, cuando el bebé se está implantando en el útero, porque en el proceso pueden romperse algunos vasos sanguíneos. La sangre puede ser rosa o marrón, pero siempre tiene que ser menos cantidad que una regla y durar como mucho dos días. 

Si el sangrado es continuo, puede haber algún problema ginecológico. Y si se da más adelante en el embarazo, una amenaza de aborto. Cualquier evidencia de sangre debe consultarse al médico. Por otro lado, es frecuente que en estos primeros días sientas dolor pélvico. Es una sensación parecida a la que experimentas cuando te va a bajar el período o a los dolores menstruales. Se debe a la distensión del útero. Este malestar es normal si es leve. Pero si llega a ser un dolor intenso, que te despierta por la noche o no remite con paracetamol, podría indicar alguna patología. Cambios en los pechos. 

El primer síntoma que suelen notar muchas embarazadas es el aumento del tamaño de las mamas, que además están más sensibles. Es una sensación parecida a las molestias que sufren muchas mujeres en los días previos al período. Se debe al estrógeno, que empieza a hacer de las suyas. Los pezones cambian mucho. Aumentan y, como explica Ortrud Lindemann en Embarazo y parto natural (Ed. Océano), la aréola se oscurece (sobre todo si eres de piel morena) y aumenta de tamaño por la acción de la hormona MSH, encargada de la pigmentación. También es normal que se desarrollen unos pequeños granitos alrededor del pezón, llamados tubérculos de Montgomery; tienen la función de protegerlo y lubricarlo durante la lactancia.

 Somnolencia y cansancio El cambio en las mamas es la primera señal que notarás, pero no es la más frecuente. En eso le cede el protagonismo a la fatiga y el sueño, “el síntoma más repetido; casi todas las pacientes lo relatan”, explica la doctora Canino. No te extrañe que te pueda el cansancio. Tu cuerpo está produciendo grandes cantidades de progesterona (la hormona que suprime la menstruación y permite que el óvulo se fije en el útero), que tiene un efecto sedante en el organismo. 

El grado de fatiga va asociado a tu nivel hormonal y aumenta a medida que avanza el embarazo. Puede incluso que necesites dormir más horas de lo habitual, así que si hacia las nueve de la noche te caes de sueño, no te prives. Piensa que este cansancio también es una señal de tu cuerpo, que te está indicando que a partir de ahora debes cuidarte más. A veces la fatiga puede verse empeorada por una anemia.

 Muchas mujeres la sufren durante el embarazo, porque es un periodo en el que las necesidades de hierro prácticamente se duplican. Por eso seguramente el ginecólogo te pedirá un análisis de sangre que comprobará tu estado y quizá te recete suplementos de hierro (los multivitamínicos que contienen ácido fólico también suelen tener este mineral). Incorpora en tu dieta nutrientes ricos en este mineral, como la carne, el perejil, las legumbres (especialmente la soja) o la levadura de cerveza.