¿Cuántas parejas se han enamorado por Internet? Probablemente cientos, miles…, pero ¿cuántas han tenido un final feliz? En este caso, las cifras seguramente sean menores, y aunque nadie pone en duda que el amor por la Red existe y de una manera muy potente, hay una serie de riesgos en esto del amor virtual.
De hecho, los expertos en seguridad informática consideran que esta forma de contactar con otras personas entraña peligros que hay que tener en cuenta. Existen plataformas exclusivas para este tipo de encuentros que exigen una serie de requisitos para darse de alta e interactuar entre sus miembros. En este caso, suelen ser más rigurosos, pero ¿qué ocurre con los chats que interconectan a desconocidos en las redes sociales? Los expertos recomiendan cautela y estar muy seguros antes de concertar una cita con un desconocido.
Hay que valorar que Internet favorece el anonimato, y por ello mismo el engaño. Describirse como alguien que tiene unos gustos, unas aficiones y una personalidad concreta, es muy sencillo al igual que mentir sobre todos y cada uno de estos aspectos. Es decir, inventarse un perfil es fácil, al igual que poner una foto personal que no refleje una imagen verdadera de la persona que está detrás de esa imagen. En estos casos, la decepción de un encuentro real puede ser muy grande, por eso es recomendable solicitar antes fotos de la persona.
Al mismo tiempo, el hecho de no tener un contacto cara a cara favorece el sincerarse más rápidamente. Es decir, se tiende a contar detalles y aspectos de la vida íntima que en una conversación normal probablemente fluirían más tarde e incluso a veces ni llegarían a producirse. Por este motivo, los expertos piden cautela y no desvelar aspectos muy personales a alguien con el que ni siquiera se ha tenido un contacto visual o físico.
Si el conocimiento del otro se produce de forma gradual y con comedimiento hay más probabilidades de, por lo menos, llegar a tener un encuentro seguro. Aunque, siempre hay que tener cautela con este tipo de citas, por lo que es mejor si se producen en sitios concurridos y a la luz del día.
Las personas más tímidas o menos sociales han encontrado sus medias naranjas a través de Internet, pero esto no impide usar el sentido común y que se adopten una serie de medidas para evitar disgustos posteriores. No hay que olvidar que Internet nos impide saber cómo son los gestos de la otra persona, su forma de mirar, en definitiva, todo lo que nos aporta un encuentro cara a cara y que también es importante a la hora de establecer una relación sentimental.
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