Con la nueva propuesta, se rompe la tradición de “hasta que la muerte los separe”.

Contrato de matrimonio por dos años.
Ésta es una alternativa que pronto podría implementarse en algunos países como México, con el fin de reducir el número de divorcios, garantizar la manutención de los hijos y agilizar los trámites administrativos en caso de una ruptura.


Con el contrato de dos años, que sería opcional, se evitarían las cargas de trabajo por juicios de divorcio, ya que las partes pondrían un término de tiempo para poder saber si su matrimonio funciona o no. Caso contrario, es voluntad de las partes renovar o disolver el vínculo matrimonial.

Parejas armónicas.

La reforma favorecería “relaciones de pareja más sanas y armónicas, ayudaría a que se restablezca el tejido social y la estabilidad de las familias”,  se ahorrarían el trauma y los costos económicos de un divorcio. “Dos años es un tiempo mínimo que ya te permite conocer y valorar cómo es tu vida en significará que hay un entendimiento con tu pareja. Si renuevas, es porque tienes claras las reglas de la relación y que ambos cónyuges tienen certeza jurídica de sus derechos y obligaciones”, si antes de esos dos años los cónyuges deciden que no funciona el matrimonio, se pueden divorciar de manera tradicional, nadie puede obligarles a permanecer juntos.

Obligaciones por contrato. Este contrato vendría acompañado de las llamadas “capitulaciones”, acuerdos entre la pareja previos a la celebración del matrimonio. 

En ellos se podría
determinar, por ejemplo, cuánto dinero aportaría cada cónyuge a la manutención de los hijos o el tiempo durante el que se pagaría una pensión a alguno de los miembros en caso de separación.
“Este tipo de iniciativas crean una cultura de lo desechable en temas tan importantes como la familia.

2 años serían suficiente tiempo para conocer a la pareja y decidir si se desea mantener la relación por más tiempo. El “ya no te quiero”  desplaza a la infidelidad Tras años de imperio de la infidelidad como principal causa para romper, el desamor se ha convertido en la motivación principal para  el divorcio.
“El individualismo, se quiere estar casado, pero en algunos aspectos seguir como soltero. La complejidad de un matrimonio le viene mejor al que considera el comienzo de un camino”.

El “ya no te quiero”  desplaza a la infidelidad.
¿Hasta que la muerte los separe?
¿Es una opción el matrimonio renovable?