Cerca de la mitad de las mujeres de América Latina y el Caribe son económicamente activas, pero todavía no tienen una participación significativa en el sector de la pequeña y la mediana empresa.
Esta conclusión aparece en un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que recuerda que ha habido mujeres presidentas de varios países en América Latina y que las féminas dominan el sector microempresario y de microfinanzas.
En las últimas tres décadas, las mujeres en la región han aumentado dramáticamente su participación en el mercado laboral.
El BID señaló que, a escala mundial, la mitad de las microempresas son propiedad o son manejadas por mujeres. Sin embargo, sólo controlan un cuarto de la pequeña y sólo 8 por ciento de la mediana empresa.
Frecuentemente, los negocios de las mujeres no crecen más allá del nivel micro. Sus negocios tienden a ser informales y concentrados en el sector comercial, donde las ganancias y los márgenes son bajos y necesitan menos crédito, agregó el documento.
Según la gerente del BID, Nancy Lee, se debe rechazar la noción de que por tener negocios pequeños, "las mujeres son inherentemente adversas al riesgo y menos ambiciosas que los hombres".
"Por el contrario, estamos trabajando en una serie de frentes para encontrar las herramientas que las mujeres necesitan para sobrepasar sus obstáculos y hacer crecer sus negocios".
Dijo que el BID está particularmente preparado para este trabajo, que requiere experimentar y tomar riesgos para encontrar modelos nuevos y efectivos.
Mencionó cuatro diferentes formas de lidiar con los desafíos enfrentados por las mujeres empresarias:
Nuevas herramientas de crédito para pequeñas y medianas empresas diseñadas para mujeres empresarias; oportunidades de ahorro para mujeres con bajos recursos; y diferentes combinaciones de capacitación.
Además, el acceso de las mujeres a la educación para ayudarlas en sus responsabilidades de manejo del hogar, del negocio y de los niños.
El estudio plantea que el BID está ayudando a las mujeres a superar su falta de acceso a programas de capacitación diseñados para cubrir sus necesidades.
"Hay estudios que demuestran que tener habilidades y experiencia en negocios es más importante que tener educación formal para poder manejar un negocio de manera exitosa. Como resultado de esto, redes, programas de capacitación y entrenamiento pueden ayudar a la mujer", concluyó el estudio.