Emprender un negocio nunca se dijo que fuera fácil. Pero emprender, ¿entiende de géneros? ¿Es más difícil para las mujeres?

Los números hablan de un menor número de mujeres emprendedoras que de hombres (40-60 en España), diferencia que se ve seriamente acentuada en determinados sectores como el tecnológico. Esto nos puede hacer pensar que existen ciertas dificultades que aún hoy día siguen suponiendo una barrera para las mujeres. Si comenzara hablando de mi experiencia personal, no podría decir que me haya enfrentado a ningún problema derivado de mi sexo, o por lo menos del que yo haya sido consciente, pero si veo mi entorno, creo que debería reconocer que he tenido suerte.

En general distinguiría entre la barrera generacional y una serie de barreras invisibles como causas generales que pueden desfavorecer a la mujer:

Barrera generacional
La mujer se ha incorporado de forma tardía al mundo laboral, y esto genera que de igual forma su incorporación al mundo empresarial lleve un poco de retraso. Si vemos las cifras, apenas existen mujeres mayores de 50 años emprendedoras, mientras que el número se va igualando según avanzan las generaciones.

En este aspecto, es muy importante que las nuevas generaciones vean emprender como una opción más, que se vean casos de éxito de empresas maduras que hayan sido lanzadas y lideradas por mujeres. Por lo que es muy importante que la sociedad se haga eco de estos casos de éxito, para mostrar espejos en los que las mujeres de hoy puedan verse reflejadas.

Barreras invisibles
La conciliación laboral es una barrera que no se ve, pero que está patente. Cuando emprendes, necesitas dedicar casi el 100% de tu tiempo a tu negocio. A pesar del acceso al mundo laboral de la mujer, la mayor parte de las tareas domésticas y el cuidado de niños siguen recayendo en ellas. Esto sin duda es un impedimento para la mujer que quiera emprender, puesto que cuando lanzas tu proyecto necesitas dedicar casi el 100% de tu tiempo a tu negocio.

La solución a este problema es sencilla: redefinir los papeles familiares para un reparto equitativo de las tareas y un compromiso por parte del hombre a asumirlas. Otra barrera invisible es la de tener niños. Quedarse embarazada es una capacidad única de la mujer, y por lo tanto es ésta la que tiene que poder compaginarlo. Como decía hace poco Marta Esteve, fundadora de Rentalia: “Aconsejo a las emprendedoras no tener niños hasta pasar los tres primeros años de la empresa, que son los más arriesgados”. Es por esto que para algunas mujeres, dependiendo de su edad, emprender hoy implique renunciar al instinto maternal.

Pero no todo son obstáculos
Pero no todo iba a ser desfavorecedor cuando hablamos de emprender en femenino. Ser mujer emprendedora también tiene sus ventajas:

Existen numerosos institutos, asociaciones e iniciativas que promueven y ayudan a la mujer emprendedora en todas sus fases, desde el asesoramiento de la idea hasta la búsqueda de financiación.

Desde las administraciones públicas se hacen esfuerzos para intentar igualar las condiciones de acceso de la mujer al mundo emprendedor. Desde eventos dirigidos exclusivamente a las mujeres emprendedoras para mostrar experiencias motivadoras hasta ayudas públicas en forma de subvenciones o avales financieros.

Si eres de las primeras en adentrarte en alguno de los sectores donde la mujer todavía no ha conseguido la paridad, como el tecnológico, puedes contar con una ventaja temporal: destacas. En reuniones o eventos de networking será muy fácil que se acuerden que te vieron, puesto que es muy posible que fueras la única mujer en la sala. Este punto puede volverse en tu contra: si no demuestras que lo vales, también se acordarán de ti…En definitiva, creo que las mujeres tenemos el viento a favor para poder emprender. Ya hemos salido de esa posición de tener que demostrar a los hombres que nosotras podemos. Tan sólo falta demostrarnos a nosotras mismas que se puede hacer sin realizar un mayor sacrificio que el hombre y sin ningún trato favorable por nuestro género.

Cuando un artículo como este deje de tener sentido, cuando la mujer deje de ser noticia por hacer lo mismo que el hombre, realmente podremos decir que emprendemos en igualdad de condiciones.


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