Las lágrimas son nuestras mejores Flores de Bach, es nuestro propio antídoto ante lo que nos ocurre y además nos sana. Realmente sabio, como todo en nuestro cuerpo, ya que nada es porque sí.

Sólo deben probar y estirar la lengua cuando la lágrima caiga por tu mejilla, es absolutamente sanador y da una increíble toma de conciencia. Estoy feliz con el hallazgo!. Encontré que hay pocos investigando el tema y uno de ellos es el Dr.Hugo Fuchslocher Salgado que dice: "Este descubrimiento debería provocar, con el tiempo, un nuevo paradigma para toda la humanidad, una vez que todos sepan conscientemente que las lágrimas existen para sanar. Llorar es lo más natural en los seres humanos. Nacemos llorando y lloramos también cuando alguien se va de este mundo. Es más, la lágrima sale por el lado interno del ojo, al lado de la nariz, como si la naturaleza lo hubiera dispuesto anatómicamente así, para que éstas escurran sin dificultad hasta la boca para ser bebidas.
Con respecto al los fundamentos científicos, el mayor de ellos corresponde a su composición bioquímica, las lágrimas de emoción, son completamente distintas a las que sólo cumplen la función de limpiar, lubricar y proteger el globo ocular, como por ejemplo, las que brotan al picar cebollas. Acreditan aún más su fundamento científico, los nuevos descubrimientos del investigador japonés,Masaru Emoto, con relación a la “memoria del agua”, capaz de impregnar estados emocionales.

Acreditan aún más su fundamento científico, los nuevos descubrimientos del investigador japonés,Masaru Emoto, con relación a la “memoria del agua”, capaz de impregnar estados emocionales. Dentro de mis indagaciones, encontré información del doctor William Frey, de la universidad de Minesota, Estados Unidos, este científico realizó el siguiente experimento: reunió dos grupos de personas a llorar, unas viendo películas  tristes y de alto contenido emocional y las otras, a picar cebollas: 

El resultado fue verdaderamente asombroso, uno de sus componentes es más poderoso que la morfina y otro, una hormona que nos hace crecer en forma interior, también descritos en mi libro Retorno (Una auténtica revelación). Lagrimaterapia es el único tratamiento que, en forma concreta, une ciencia y espiritualidad. Las lágrimas están descritas en todos los libros sagrados, plasmadas en el aspecto espiritual del hombre, de la vida eterna, del dolor y del sufrimiento.

Las lágrimas están ligadas a nuestros sentimientos más profundos, a la fe, al amor, al perdón, a las creencias espirituales y a Dios. Yo, como cristiano, las relacioné principalmente con las enseñanzas de Jesucristo. Él es “fuente de vida eterna”, su Reino, el Reino de Dios, está dentro de nosotros y nos aconseja: “y el que quiera, beba, gratuitamente del agua que fluye de la fuente de vida eterna”.

Que más claro, a mi modo de ver, el Maestro Jesús, hace más de dos mil años, nos estaba invitando a beber el agua que fluye del interior de cada ser, de esta fuente de vida eterna, que emana a través de nuestros ojos. Por ello, recomendamos que cada vez que una persona llore, no reprima sus lágrimas y que las beba. Además, las lágrimas propias son completamente gratis. Beneficios y efectividad

He comprobado que las lágrimas, producen cambios profundos en las personas y la Lagrimaterapia ayuda a elevar el nivel de conciencia en los seres humanos. Nos hace más auténticos, nos ayuda a reconocer nuestros errores y debilidades, va eliminando temores, rabias, rencores, frustraciones, aumenta la felicidad, la intuición, nos hace más justos, nos dan alegría de vivir, elimina las depresiones y nos entregan esperanza de un mundo mejor. De esta manera, se podrá cumplir justamente la última promesa de Jesucristo “y ya no habrá más llanto, ni más lágrimas (pues no las necesitaremos) ni más dolor, porque las últimas cosas habrán pasado”. En conclusión, la Lagrimaterapia va erradicando sentimientos y emociones negativas que nos hacen enfermar y, lo más importante y la diferencia que tiene con las otras terapias similares, es que exacerba principalmente los sentimientos y las emociones positivas."

 Hugo Fuchslocher Salgado*




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