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Alegría es disfrutar la vida La alegría es un estado de ánimo maravilloso que nos produce entusiasmo, fortaleza y ganas de vivir. Aprenda a convertirla en hábito. La alegría es la mejor forma de disfrutar la vida al máximo, y de percibir de una mejor manera el mundo con todas sus bondades y beneficios. La alegría es una decisión que nos permite valorar tanto las cosas buenas, que minimiza enormemente la fuerza de las cosas malas. La alegría es un estado de ánimo maravilloso que nos produce entusiasmo, fortaleza y ganas de vivir.

Beneficios de la alegría Es energía pura que nos da la fortaleza para enfrentar la adversidad. Favorece la calidez necesaria para conmovernos ante el dolor ajeno. Genera endorfinas para aliviar el dolor físico. Desarrolla la paciencia y tolerancia para aceptar a los demás. Propicia buenas relaciones con todas las personas. 

¿Qué nos enseña la alegría? A reír en vez de llorar. A conocer y apreciar otras dimensiones del amor. A disfrutar de la vida intensamente. A servir y ayudar al prójimo. A adquirir los recursos y habilidades para resolver problemas. A conservar la calma aun en los tiempos más difíciles. A ser amables y cordiales con todo el mundo. A derrotar siempre a la tristeza. A no dejarnos abatir por la angustia, la depresión o el pesar. A no quejarnos ni criticar a los demás. A fijarnos metas y alcanzar sueños. A ser agradecidos por las bendiciones que Dios nos da.

Entusiasmo, fortaleza y ganas de vivir Las personas alegres son agradables, positivas y realmente encantadoras. Suelen atraer a otras personas porque tienen un poderoso magnetismo. Irradian entusiasmo, fortaleza y muchas ganas de vivir. Son simpáticas, amables y saben relacionarse con facilidad. La Biblia, en el libro de Proverbios 17:22, dice: “El corazón alegre constituye buen remedio; mas el espíritu triste seca los huesos”. Las personas alegres no se dejan amedrentar por los problemas y saben luchar por lo que quieren. Pocas veces son tímidas y muchas veces audaces. Además, no permiten que la tristeza las derribe. Robert Baden-Powel decía a ese respecto: “Si tenéis el hábito de tomar las cosas con alegría, rara vez os encontraréis en circunstancias difíciles”. Y Voltaire decía: “Todo les sale bien a las personas de carácter dulce y alegre”

La alegría es un estilo de vida Sin embargo, las personas alegres son alegres porque han decidido serlo. La alegría, más que un sentimiento o un estado de ánimo, es una elección. O mejor aún, un estilo de vida, porque a pesar de cualquier tipo de circunstancia que tengamos que enfrentar, en realidad somos nosotros quienes escogemos cómo sentirnos, cómo actuar o cómo vivir.

El gozo por la vida no nos exime de los problemas, ni tampoco nos aleja de las dificultades, pero sí nos abre nuevas posibilidades para enfrentarlos. Nos permite desarrollar una amplia percepción hacia las cosas buenas y adoptar una posición más positiva.

La alegría y la salud La alegría no nos garantiza la ausencia de enfermedades, pero según estudios científicos realizados a través de los años, sí nos permite evitar muchas de ellas, especialmente aquellas que son generadas por las preocupaciones y el estrés. Está demostrado que los altos niveles de estrés debilitan el sistema inmunológico central y su capacidad para luchar contra las enfermedades.

La risa y sus poderes curativos Sin embargo, la alegría, a través de la risa (porque las personas alegres suelen reír con más frecuencia), ayuda a disminuir dichos niveles negativos, mejorando la calidad de vida de las personas. El Dr. Lee Berk, profesor de patología en la Universidad de Loma Linda (California) y uno de los principales investigadores en el mundo sobre la salud y el buen humor, afirma que la alegría “sirve como una válvula interna de seguridad que nos permite liberar tensiones, disipar las preocupaciones, relajarnos y olvidarnos de todo”. Sostiene, además, que experimentar la risa disminuye los niveles de la hormona cortisol (conocida como "la hormona del estrés"), que es prácticamente la generadora de las enfermedades, y aumenta la cantidad de actividad de los linfocitos “T” o células anticuerpos, que las evitan.

Convierta la alegría en hábito ¿Es posible convertir la alegría en hábito? Sí, por supuesto. ¿Cómo? Es muy simple. Se trata de ver el lado positivo de todas las cosas. Zálkind Piatigórsky decía: “Los tristes dicen que los vientos gimen, mientras que los alegres creen que cantan”. Todas las cosas, circunstancias o eventos de la vida tienen dos lados que son diametralmente opuestos. Uno positivo y otro negativo. Se trata pues de mirar el lado amable de todo lo que nos pasa y de buscar siempre los beneficios que podamos sacar de los mismos. Aprenda a reírse de sus circunstancias adversas y trate de buscar siempre las oportunidades que hay detrás de ellas. Pero sobre todo, no permita nunca que la tristeza se apodere de su vida. Recuerde el viejo adagio popular que dice “Es mejor reír que llorar”. 

Por Juliana Echeverry