Ir de shopping nos recompensa.
Cuando nos encontramos en un bajo estado de ánimo corremos el peligro de evadirnos en los placeres hedonistas. Excesos que reportan una satisfacción inmediata pero de los que  arrepentirse  con el paso del tiempo.

De acuerdo a la opinión de los expertos mercadólogos  Aparna A. Labroo, de la Universidad de Chicago, y Anirban Mukhopadhyay, de la Universidad de Michigan: “Las personas gestionan sus acciones de forma estratégica tanto para lograr sus intereses a largo plazo, como para obtener placeres inmediatos. Si creen que necesitan tomar acción para regular sus sentimientos en el aquí y en el ahora, tienden a darse placeres inmediatos (…)”.

Bastante común que para compensar cierto decaimiento optemos por el consumo emocional, gastar sin cabeza y lanzarnos a las compras compulsivas. En este sentido el estrés juega en contra pues agota nuestros recursos cognitivos haciéndonos más vulnerables ante las tentaciones.

Paradójicamente gastamos más cuando peor es la situación económica. Así lo demuestra un estudio publicado el pasado año  en  la revista Science ya que en situaciones de escasez las personas se enfocan sobre necesidades a corto plazo, sin atender  consecuencias posteriores. Tal y como revela Eldar Shafir, profesor de psicología y asuntos públicos en la Universidad de Princeton (Estados Unidos) “Solicitan préstamos con altas tasas de interés que los perjudican, en formas que conocían cómo evitar en tiempos menos precarios”.

No obstante comprar con moderación se está convirtiendo en una actividad terapéutica, algo que ya apoya la terapeuta Peggy Wynne “Todos disfrutamos de un poco de terapia de compras de vez en cuando. En dosis pequeñas y manejables, ésta puede confortar el alma”.

De igual forma opina la terapeuta Kit Yarrow, presidenta del departamento de psicología de la Universidad Golden State, en San Francisco, que considera cualquier compra por pequeña sea una liberación mental. Al tiempo que vamos de shopping podemos visualizar cambios de la vida (ej. La cuna del bebé que esperamos) además de relacionarnos con otras personas que comparten gustos similares.
Fuente: Reporte Indigo

Selección de artículos para ti 

Quiero  los artículos de Revista nVitrina en mi e-mail! Suscríbete Aquí