Como todos los tipos de cáncer, esta es una enfermedad que se desarrolla silenciosamente, por lo que el Papanicolaou realizado una vez al año, puede detectarlo a tiempo


El cáncer cervicouterino no suele presentar síntomas, hasta que el tumor ha crecido lo suficiente como para provocar un sangrado leve o generar dolor abdominal, inflamación, baja de peso y otras molestias.
Antes de que se encuentren células cancerosas en el cuello uterino o de que se experimenten ciertos síntomas, los tejidos van experimentando cambios y en ellos van apareciendo células anormales en un proceso que se conoce como displasia y las células se detectan generalmente mediante la prueba conocida como Papanicolaou.

Después de invadir el tejido en donde se empiezan a producir, las células cancerosas empiezan a crecer y se diseminan en tejidos más profundos del cuello uterino y órganos cercanos, como la parte superior de la vagina.

Dado que los síntomas se pueden confundir con los de otras enfermedades o irregularidades en el ciclo menstrual, es conveniente realizar el Papanilolaou, para confirmar el diagnóstico, ya que el sangrado también puede ser ocasionado por fibromas u otros tumores uterinos benignos, infecciones o traumatismos.

Los síntomas o señales de alarma pueden ser:

- Hemorragias leves o fuertes.
- Dolor constante en la parte baja del abdomen.
- Irregularidad en los ciclos mentruales, cuando se han manifestado siempre de forma normal.
- Baja de peso.
- Inflamación de los ganglios.
- Palpación de bolitas en las ingles, región de los ovarios o parte baja del vientre.
- Malestar general.
F: es más
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