Una de las formas de escucharte a ti mismo es practicar el silencio, comienza con algunos minutos al día, apaga todo lo que te provoque distracción, debido a la distracción externa, hemos olvidado la melodía de nuestra voz interior, esa voz que nos dice qué hacer, esa voz que nos calma, que nos aconseja, que nos da esperanza, la que desea volver a ser escuchada, si tan sólo pudieras estar en silencio y volver a escuchar esa voz de tu interior tu vida mejoraría y la disfrutarías. Mirarías el mundo con otros ojos, comprenderías el real significado de todo lo que existe, de todo lo que aún no ha llegado a tu vida, pero lo más importante comenzarías a conectarte contigo mismo.


Día a día, paso a paso tenemos que volver a conectarnos con nosotros, muchos pensarán ¿cómo puedo estar desconectado de mi mismo, si estoy todo el día conmigo?, pero la verdad es que sólo estás conectado con el entorno, con tu exterior, con lo que dicen las personas, con el ruido de los pensamientos de alguien más.

Es como estar constantemente en una transitada avenida, te acostumbras al ruido y ese ruido llega a ser parte de ti, él no deja que ni siquiera puedas escuchar tus propios pensamientos y deseos, vives haciendo los deseos y cumpliendo los pensamientos de alguien más, y te has olvidado de ti. Por medio de la práctica del silencio podrás recuperarte a ti mismo, podrás conectarte con lo que tú necesitas, con lo que está dentro de ti, que sabes que está allí, pero no lo logras escuchar.

El silencio hará que puedas volver a escuchar tus propia voz, y te podrá guiar a lo que realmente necesitas para complementar la felicidad que buscas, es necesario que estemos conectados con nuestra propia existencia, es necesario que no dejes en piloto automático todo tu ser.
Dedica unos minutos a escucharte a ti.
Paz