Hay hombres que aunque se casen, tengan hijos y un patrimonio que perder, no dejan de comportarse todo el tiempo como si fueran unos adolescentes, pretendiendo que sean sus mujeres las que los soporten una y otra vez, como si se tratara de su madre.

Marcar la diferencia entre la madre y la mujer, es el trabajo que se tienen que dar muchas para empezar a limpiar la relación con un hombre de estas características.
Lo primero para parar el círculo de disparates y acciones extrañas, es hablar, y decirle que a pesar que se le quiere mucho, lo que él hace frustra la relación, las expectativas y los planes a futuro.
Hay que establecer límites, y esto se consigue pensando en lo que ustedes, como mujeres, deben y no deben hacer por él. Si el necesita un viaje para ir al trabajo, aceptan, pero si el necesita de un taxi por toda la ciudad para ir a almorzar, pantalones nuevos y un refresco cada cinco minutos, no acepten.
Estudia los hábitos de manejo con el dinero. No son pocas las que se quedan con un eterno desempleado, o hombres que trabajan y se gastan una fortuna en fiestas y luego no tienen como pagar las cuentas de la casa. Si es necesario, administra el dinero y no le des nada si se lo pasa echado frente al televisor. Incluso, atenderlo en esas circunstancias es contraproducente.
Existen dos razones principales por las cuales muchas mujeres suelen involucrarse con hombres inmaduros.

La primera, porque las mayoría de los hombres no llegan a la madurez hasta los 28 años, y esto se debe a una falta de experiencias importantes. En este caso, no hay mucho que se pueda hacer.

Sólo queda esperar y ser paciente y, si se ama a ese hombre, rogar por que madure lo antes posible. Si no, buscar a uno que ya sea maduro.

La otra razón es la falta de capacidad para saber distinguir, atraer y enamorarse de un hombre maduro. Aquí ya no es culpa de ellos.

El problema es que, en la mayoría de los casos, las mujeres sólo pueden entablar una relación con el tipo de hombre que ya conoce.

Entonces, si siempre ha tenido relaciones inmaduras seguirá consiguiendo relaciones inmaduras, al menos que logre salir del círculo vicioso.

Para esto es necesario que sepa reconocer una relación saludable. Puede ser difícil y tomar cierta práctica pero al final será para mejor y cuanto antes lo haga con menos hombres inmaduros deberá tropezarse.

Una relación madura y saludable se apoya en la confianza, en una sensación de seguridad y de previsibilidad.
Debe poder comunicarse de una forma abierta y sincera.
Debe existir respeto por el otro, por sus creencias, ideales y forma de hacer las cosas.

En una relación saludable uno debe sentirse cómodo siendo uno mismo. Y además de diversión, risas y sexo, debe haber amor.

Por otra parte existen otros indicios que pueden señalar que está entrando en una relación inmadura y poco saludable:

- Si usted deja acercarse a cualquiera que quiera estar cerca, o -en el otro extremo- no deja acercarse a nadie en absoluto
- Cuando provoca contactos físicos sin siquiera tener una prueba de que la otra persona lo desea o siquiera lo aprueba, o cuando no se deja tocar ni toca a nadie
- Enamorarse de la primer persona que muestra cierto interés, o no dejarse enamorar por nadie
- Esperar que la otra persona sepa de todas sus necesidades aún cuando no las menciona, o no dejar que nadie satisfaga sus necesidades
- Adentrarse en relaciones sexuales al primer impulso, o jamás ceder a ellas aún cuando lo desee y crea que es el momento correcto
- Abrirse y contar todo de una vez, o jamás contar nada ni dejar que los demás sepan qué piensa o siente.

La clave se encuentra en encontrar el equilibrio entre los extremos. Actuar sólo por impulsos o no hacer nada por miedo son los puntos a los que no se debe llegar.

Una pareja saludable disfrutará de sus impulsos pero también sabrá abstenerse, encontrar el momento correcto, conversar, medir las consecuencias de sus actos y cuidar del otro.

La única forma de encontrar una relación saludable es jamás conformarse con menos. Si no, entrará una vez más en el círculo vicioso.

Ser saludable con uno mismo, respetar lo que piensa y lo que cree que se merece es el camino que debe seguir. La prioridad siempre debe ser la pareja, es la única forma de relación madura y saludable.