Cleopatra despertó con el sueño aun vivo de salvar a Egipto de los invasores. Traía cargando el cansancio en los hombros y aunque había sido una larga y tranquila noche todavía le dolían los pies y las piernas de tanto andar, de tanto luchar. Tenía que encontrar la manera de aliarse con el más poderoso guerrero que había: Julio César; y aunque estaba agotada conocía los secretos para mantenerse activa, joven y bella para conquistarlo y seguir en pie de guerra.

Lo primero que necesitaba era relajarse física y mentalmente, para ello tomaba largos baños tibios en su tina real, perfumaba el ambiente, con esencias, inciensos y flores pues sabia que cientos de años atrás otras mujeres habían comprobado la efectividad de la aromaterapia para curar todo mal incluido el cansancio y era justo lo que ella necesitaba; tal vez algo de azahar, manzanilla, petitgrain y mejorana para cuando necesitaba descansar, refrescarse, olvidarse del insomnio y mejorar la circulación.

Seguro, en los días que se preparaba para las batallas, usaba jazmín, romero y salvia, mientras que si se trataba de alguna conquista amorosa usaría sin dudar sándalo e incienso, de esa manera llevaría el olor y los efectos del mismo tanto por dentro como por fuera.

Ya lista después del baño necesitaba curar sus dolores y mantener su piel suave y tersa, por lo que se hacia dar un masaje, no solo para frenar el envejecimiento sino para eliminar la depresión, el insomnio, levantarse el animo, estimular el sistema inmunológico, mejorar la digestión y ayudar a su organismo a eliminar las sustancias de desecho.

Luego de tan agradable ritual de salud y belleza retocaba sus rasgos con pintura, especialmente los ojos y la boca para sentirse mas hermosa y reflejar esa seguridad ante su familia, su pueblo y ante sus enemigos y así tener las características de Afrodita, diosa de la belleza; de Eros, dios del amor y de Minerva, diosa de la sabiduría, la guerra y la fuerza, todo eso, pero con los secretos de ser mujer.

Es así, que a través de los siglos y en diversas culturas, el masaje y la aromaterapia se han usado combinados o por separado, para curar y relajar la mente y el cuerpo y las técnicas para su uso siguen vigentes a todas los beneficios que proporcionan.Y si acompañamos al masaje con algún aceite y principalmente con la aromaterapia, reflejaremos los efectos tanto física como emocionalmente, de la misma manera que hizo Cleopatra, y al igual que ella llevaremos con nosotras algo de Afrodita, de Eros y de Minerva.El baño de Cleopatra en tu casa Cleopatra conocía bien las propiedades terapéuticas de la leche y regularmente llenaba su tina en forma de cisne con leche de camello para asegurar que su piel blanca se mantuviera al punto. Dos mil años más tarde los beneficios de los baños con leche están siendo descubiertos.

Aún y cuando puedes conseguir muchos productos "de leche" en las boutiques de belleza y tiendas especializadas, hacer tu baño de este lácteo es sencillo.

Añade de dos a tres tazas de leche tibia a una tina con agua a la temperatura que acostumbres y quédate ahí por 15 minutos.

Unas gotas de aceite de almendra puede ser añadido para mayor suavidad. Si lo deseas, utiliza un loofah para exfoliar la piel muerta.
El resultado: Piel brillante y cremosa
Por Marcela Manjarrez.-

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